Título: El sueño de la ciudad
Autor: Andrés Vidal
Editorial y año: Planeta, 2012
En la Barcelona convulsa de principios de
siglo convergen los destinos de dos familias: los Jufresa y los Navarro.
Francesc Jufresa es el patriarca de una familia burguesa que regenta el
taller de orfebrería más importante de la ciudad. Su hija Laura es una
joven rebelde que se opone a los dictámenes de la sociedad del momento.
El camino de Laura, que trabajará a las órdenes de Gaudí en la
construcción de la Sagrada Familia, y el de Dimas Navarro, que acompaña a
su hermano pequeño al templo expiatorio, se encontrarán y transformarán
sus vidas para siempre.
Cuando llegó a mis manos la noticia de la publicación de la nueva novela del autor de La herencia de la tierra, surgieron en mí dos sentimientos opuestos: alegría, por el placer que me produjo la lectura de la citada obra, y miedo, dado que ese mismo deleite me conducía a albergar importantes expectativas acerca del segundo libro Andrés Vidal. Terminada la lectura de El sueño de la ciudad, no puedo sino verter las grandes emociones que me ha transmitido la novela; porque, de nuevo, el autor me ha conquistado como lector. ¡Y cómo!
Barcelona, principios del siglo XX. Dimas Navarro es un joven que se niega a aceptar su destino, y para ello no dudará en echar mano de su ingenio y su inteligencia. Su camino se cruza con el de Laura, hija de una de las familias burguesas más excelsas de la capital catalana, una artista en ciernes un tanto aislada de los suyos. Alrededor de Dimas y Laura, la ciudad se renueva a sí misma y acepta los cambios que la están remodelando irremediablemente; entre éstos destaca, sin duda, el trabajo de Antoni Gaudí, un aclamado arquitecto que emprende la construcción del templo expiatorio más maravilloso de todos: la Sagrada Familia.
Son tantos, y tan extraordinarios, los elementos que conforman El sueño de la ciudad que es complicado decidir por cuál empezar. La novela destaca por la soberbia reconstrucción de la atmósfera que reinaba en la Barcelona de la época; la Semana Trágica y la Primera Guerra Mundial son algunos de los hechos que marcan la evolución de la ciudad y de los barceloneses. La construcción de la Sagrada Familia, además, se alza como la personificación del cambio constante en que se ve envuelta la capital, y todo ello está descrito con una precisión encomiable y con un gusto exquisito y acertado. Leer las aventuras de Dimas y Laura significa retroceder cien años en el tiempo y dejarse abrazar por el modernismo catalán en todo su esplendor.
En cuanto a los personajes, éstos irradian magnetismo y arrojo, dos cualidades que los acercan a los lectores. Hay secundarios de lujo que ayudan a componer el fascinante elenco que protagoniza la novela. Por otra parte, la prosa es elegante, limpia, fresca; el autor no ha perdido su toque y su estilo vuelve a ser atractivo y adictivo. Por último, debo referirme a la edición del libro: la narración está acompañada de finas imágenes y planos de la ciudad de comienzos de siglo que no hacen sino embellecer, más si cabe, el libro; como podéis ver, la magnífica portada con la que se nos presenta la historia ya da fe de ello.
Si me viera en la tesitura de deber resaltar algún aspecto negativo, os juro de corazón que no sabría qué comentar. El sueño de la ciudad nos invita a revivir el pasado de Barcelona, una ciudad única y resplandeciente, de la mano de Gaudí y de su magna obra; un viaje apasionante y lleno de sentimientos que tardaré en olvidar. Si bien podría hablar del segundo libro de Andrés Vidal durante horas -y más líneas-, no quiero alargar más la reseña y seré claro: leyendo esta novela he disfrutado hasta límites indecibles.