Título: Frankenstein o el moderno Prometeo
Autora: Mary Shelley
Traductora: Silvia Alemany Vilalta
Editorial y año: Debolsillo, 2010 (1818)
El doctor Frankenstein se deja llevar por su pasión
por la filosofía natural y el progreso científico al margen de su ética o
su moral. Cuando ve el horrible engendro al que ha dado vida a partir
de la materia muerta, y se da cuenta de su error, ya es demasiado tarde.
La criatura en realidad tiene sentimientos humanos y descubre el amor
por la vida y los otros seres vivos, pero tras sufrir la soledad, el
rechazo y el odio debido al horror que inspira en los demás, se irá
«deshumanizando», buscará venganza y reclamará del doctor Frankenstein
que asuma su responsabilidad como creador.
La literatura y la cultura popular están unidas mediante un camino de doble sentido. En ocasiones, la primera se sirve de la segunda para establecer los cimientos de ciertos argumentos de novelas. Otras veces, en cambio, la segunda recibe referencias que provienen de la primera y que pasan a formar parte del mundo de nombres y mitos que nos rodea. Uno de los personajes más célebres de todos los tiempos es Frankenstein, la criatura que creó el científico de mismo nombre. Mary Shelley relató los acontecimientos que vivieron ambos en Frankenstein o el moderno Prometeo, una lectura intemporal que hace las veces de una interesante reflexión acerca de la ciencia y la moral humana.
Victor Frankenstein lleva años estudiando filosofía natural. Ansía averiguar aquello que origina la vida de los seres, y para ello no duda en codearse de los profesores más eminentes de ese campo. Cuando descubre la manera de insuflar vida a una criatura de su propia creación, despierta lo que se convertirá en su mayor pesadilla. El monstruo encontrará el desprecio de su creador y vagará por pueblos y ciudades en busca de comprensión. Nadie parece entenderle, sin embargo, y pronto la maldad echará raíces en su alma. Victor y él volverán a verse en una delicada situación que comprometerá el futuro de ambos y que desembocará en una serie de desgracias de gran magnitud.
A menudo rechazamos una lectura porque ya conocemos de antemano su argumento o desenlace, y siempre he defendido que debemos acudir a las fuentes originales para desentrañar los entresijos de aquella historia que creemos conocer. Frankenstein o el moderno Prometeo, de Mary Shelley, presenta un relato sobrecogedor e increíblemente actual a pesar de los casi doscientos años que han transcurrido desde su primera publicación. En el texto de la autora inglesa hallamos el nacimiento de uno de los personajes más representados en literatura y en otros medios artísticos. Vale la pena, pues, acercarse a la narración que tuvo la genialidad de construir una historia tan inolvidable.
Los dos personajes principales captan, desde el primer momento, nuestra atención por la especial relación que los une. Cabe decir que, al terminar la novela, Frankenstein no me parece tan tierno ni me inspira la compasión que sentía por él antes, ni Victor es un ser despreciable que merece toda mi antipatía. Tanto uno como el otro se ganan unos sentimientos encontrados. El relato, por otro lado, resulta demasiado lento y pesado. Las aventuras de esta singular pareja se me han hecho horriblemente largas, lo cual no deja de ser curioso dada la relativa brevedad de la obra. El estilo de la autora, además, no ayuda a agilizar el ritmo y se pierde en descripciones innecesarias y tediosas que producen cierto aburrimiento. Es una lástima, porque la original historia de la criatura merece nuestro elogio.
Pese a la densidad con que Mary Shelley cuenta la vida del científico y de su creación, es recomendable leer Frankenstein o el moderno Prometeo, cuando menos por la influencia que ha demostrado en los géneros de terror y de ciencia ficción. Podría ser una novela más amena y ágil, sí, pero las implicaciones del personaje de Frankenstein hacen de este libro un clásico imprescindible. Debéis armaros con algo de paciencia, pero estoy seguro de que os apetecerá -si no lo habéis hecho ya- conocer de primera mano cómo pensaba y qué sentía uno de los protagonistas más emblemáticos de la historia de la literatura.