Título: El puente de los judíos
Autor: Martí Gironell
Traductor: Manuel Manzano
Editorial y año: Debolsillo, 2009
En 1316, un constructor de Perpignan recibe el
encargo de reconstruir el puente de Besalú (Girona). Pero en la
construcción del puente fortificado se cruzan los intereses de los
habitantes del pueblo y el conde que gobierna la zona, con los del conde
del Ampurdán, rival suyo, y que trata de impedir que la ciudad pueda
ser defendida adecuadamente. El papel de la comunidad judía de Besalú,
que colabora con los cristianos en la defensa de la ciudad, las intrigas
y traiciones de algunos conciudadanos, partidarios del enemigo, y la
aventura personal del constructor, son la esencia de esta apasionante
novela, un inesperado fenómeno de ventas tanto en catalán como en
castellano.
Martí Gironell es uno de los rostros más reconocibles de la parrilla televisiva catalana. Ha colaborado en varios programas de TV3 y, desde 2009, su nombre ha ganado celebridad gracias a la literatura. El puente de los judíos es la ópera prima del escritor, una novela histórica ambientada en Besalú, su ciudad natal. Se trata de una primera apuesta bastante digna que cuenta tanto con elementos interesantes como con puntos débiles que, a buen seguro, no son más que pequeñas dificultades que el autor sabrá enmendar -y quizá lo ha hecho ya- en sus nuevas obras.
El puente de Besalú requiere de una urgente remodelación. Para llevar a cabo la reconstrucción, el conde de la ciudad llama a un maestro de obras lombardo, quien acudirá a la localidad acompañado de su hijo Ítram. El puente poco a poco vuelve a ser lo que era en medio de rivalidades entre los municipios colindantes y durante su transformación asistiremos al relato de cuanto sucedió durante la construcción original y a la indignación de Ítram al conocer las condiciones de vida en que se halla el pueblo de Jezabel, la muchacha judía de quien se enamora.
Cuando leo un libro que me entretiene pero que no me llena del todo, me gusta empezar destacando los aspectos positivos: El puente de los judíos es una estupenda recreación de la vida de las gentes en Besalú. Martí Gironell demuestra el ingente trabajo de documentación que ha desplegado antes de escribir la novela, y es que esta derrocha historia por cada una de sus páginas. La prosa del autor, además, es impecable y ágil, de manera que el viaje por las tierras gerundenses resulta emocionante. La historia de amor que centra parte del argumento, por otro lado, es bonita y tierna, y nos lleva a preguntarnos por qué siempre nos obcecamos en cuanto nos separa en lugar de valorar cuanto nos une.
Ya he avanzado, sin embargo, que algunos elementos no me han convencido. En primer lugar, la novela adolece de un exceso de información histórica que, aunque interesante, densifica y entorpece la lectura. No creo que haga falta torpedear con nombres y cifras para dejar claro hasta qué punto uno se ha documentado. En segundo lugar, el ritmo es demasiado acelerado; todo sucede con tal velocidad que cuesta interiorizarlo, y quizá el libro habría dado más de sí con una mayor extensión. Y por último, no me convence, como lector de novelas históricas, que en estas se incluya algún trazo de fantasía que, en mi opinión, resta credibilidad al conjunto. Es, creo, un recurso innecesario en este caso.
Aunque El puente de los judíos no ha sido exactamente lo que me esperaba, no puedo negar que es una novela amena que ha sabido elegir un enclave histórico novedoso y alejado de las grandes ciudades que suelen servir como escenario de la mayoría de libros del género. Sin duda habrá que tener en cuenta el nombre de Martí Gironell, ya que su estreno en literatura ha resultado aceptable y original. Si os apetece viajar a la Besalú del siglo XIV, este es vuestro libro.