Título: Ha vuelto
Autor: Timur Vermes
Traductora: Carmen Gauger
Editorial y año: Seix Barral, 2013
Es el verano de 2011. Adolf Hitler despierta en un descampado en el
centro de Berlín. No hay símbolos nazis, reina la paz, las calles están
invadidas por extranjeros, y Alemania está gobernada por una mujer
rechoncha que hace lo que quiere en Europa. Sesenta y seis años después
de su caída, el resucitado Hitler triunfa en la televisión como perfecto
imitador del Führer, un cómico genial. Pero él no bromea en absoluto.
La fama es la plataforma perfecta para retomar su carrera política. ¿Qué daño podría hacer hoy Hitler? Esta disparatada historia está
contada por él mismo, un hombre que analiza tenazmente su entorno, que
descubre de modo fulminante los puntos débiles de los demás, que, con
una terquedad sin límites, se guía por su extraña lógica, con fanatismo
pero también con lucidez.
Nada descubro, a esas alturas, si afirmo que el humor es subjetivo, y en literatura mucho más aún. Es difícil recomendar una novela que a uno le parece divertida, porque quizá otro opina lo contrario. Por eso tal vez haya que coger con alfileres las campañas de publicidad que anuncian un libro, o a un autor, como hilarante. La última vez acerté y el escritor se ha convertido en uno de mis preferidos. Esta vez, en cambio, me quedo a medio camino. Ha vuelto, la original y sorprendente ópera prima de Timur Vermes, me ha parecido entretenida y simpática, pero poco más. Quizá esperaba demasiado de ella. Quizá, injustamente, quería encontrar en la historia el estilo de mi querido David Safier, compañero y paisano de Vermes. Quizá.
En 2011 despierta un confundido Adolf Hitler en un descampado berlinés. No entiende por qué la ciudad que lo rodea está intacta, por qué no caen bombas del cielo, por qué reina la paz. Asombrado, descubre que ha pasado un lapso de más de sesenta años y que su figura, y lo que hizo, no forma más que del duro pasado de Alemania. Decidido a recuperar el terreno perdido tras décadas de ausencia, Hitler comienza una prometedora carrera televisiva como imitador del Führer, es decir, de sí mismo. Mientras la sociedad ve en él a un cómico brillante, Hitler no toma a broma las posibilidades de acercarse y convencer a la gente que le brinda la fama que está cosechando. En absoluto.
Ha vuelto parte de una premisa tan fantástica que me sorprende que a nadie se le haya ocurrido antes resucitar a Hitler en una novela. Timur Vermes ha sabido dejar boquiabierto al público con una apuesta arriesgada que, sin embargo, sabe cómo tratar el tema del nazismo: con humor. El disparatado punto de partida de la historia promete grandes dosis de confusiones, situaciones divertidas y mal entendidos políticamente incorrectos, que se dan la mano, con acierto, en el libro. Por otra parte, el perfil de Hitler como protagonista está muy logrado: con un dominio absoluto del poder de la retórica, no cuesta entender que como orador supiera llevarse al espectador al bolsillo desde el minuto uno. Es -fue- un político que sabe qué teclas tocar y qué argumentos esgrimir para alcanzar sus ansiados objetivos. Eso es algo innegable.
No obstante, creo que la novela tropieza en la decisión misma del autor por dar la voz a Hitler. Como protagonista principal y narrador, la prosa está desprovista de toda naturalidad y, por tanto, el ritmo resulta lento y en ocasiones demasiado denso. El tono político de las ideas y acciones del resucitado dictador acaba saturando y la novela pierde la frescura que tanto necesita una sátira de este tipo. En mi opinión, una comedia como esta requiere y prefiere un estilo ágil y sencillo, aunque entiendo que el yo político de Hitler debe estar presente en la narración. Por último, me gustaría quejarme de un detalle de la edición que me ha enfurecido: todas las notas a pie de página que explican quién es tal o cual personaje -muy útiles y necesarias- están recogidas al final del libro. Al consultar la primera de ellas he leído, sin querer, la última frase de la novela. Comprenderéis la indignación que he sentido al encontrarme con el final al poco de empezar. En fin.
Como ya he comentado, puede que la opinión que me ha merecido Ha vuelto se haya visto empañada por la comparación con Safier, cuyo estilo sí me parece el más adecuado para las obras cómicas que nos regala. No quisiera restar méritos a Timur Vermes, quien ha saltado al mundo editorial con una sátira novedosa y polémica a la par que entretenida. Si bien al terminarla albergo sentimientos encontrados, porque hay detalles que me han encantado y otros que habría modificado, podéis tomar la reseña como una recomendación parcial. Eso sí, hacedme caso y andad con mucho cuidado al pasar las páginas para ir en busca de alguna explicación. No cometáis mi error de consultar las notas con tranquilidad y alegría. Estáis avisados.