Título: La última noche de Víctor Ros
Autor: Jerónimo Tristante
Editorial y año: Plaza & Janés, 2013
El detective privado Víctor Ros es contratado para descubrir al culpable del asesinato de Ramón Férez, primogénito de un acaudalado industrial de Oviedo. Pero el caso no se lo pondrá fácil al detective: tendrá que evitar las trampas que le colocarán en su camino las personas que menos esperaría, y se encontrará con un amor del pasado al que traicionó en su juventud. Con la ayuda de su hijo adoptivo Eduardo y de su mujer, Clara, ¿podrá salir airoso del caso más peligroso de su vida?
En mi biblioteca particular hay un buen plantel de autores fijos que jamás la abandonarán y cuyas novedades poco tardan en aterrizar en ella. Uno de los escritores que se ha merecido a pulso un lugar es Jerónimo Tristante, gracias a las aventuras de su célebre detective, Víctor Ros. En la que es la cuarta (¿y quizá la definitiva?) trama protagonizada por el ya expolicía, La última noche de Víctor Ros, me he encontrado de nuevo con la maravillosa mezcla de intriga e historia, dos géneros que se funden a la perfección en una de las sagas detectivescas más interesantes y mejor escritas de los últimos tiempos.
El asesinato del joven heredero de una acaudalada familia trastorna la sociedad ovetense del momento. Cuando el juez que sigue la investigación se da cuenta de que el caso presenta numerosos detalles a duras penas descifrables, no duda en llamar a su fiel amigo Víctor Ros, el mejor detective que ha dado jamás este país. A pesar de las reticencias iniciales, el antiguo policía acaba aceptando y se traslada a Oviedo, una ciudad que le trae buenos y malos recuerdos. En una carrera contrarreloj para desentrañar la maraña de datos y confusiones que rodea el caso, Víctor deberá enfrentarse a algo más que peligroso que el escurridizo asesino: a su propio pasado.
Víctor Ros es, sin duda alguna, mi personaje preferido de novela negra o de misterio. Audaz como Sherlock Holmes, perspicaz como Hercule Poirot e irónico como Philip Marlowe, se trata de un perfil mucho más cercano que recuerda a los grandes del género de nuestro país. La lista ya inolvidable que encabezan Carvalho, Méndez o Bevilacqua ha fichado ya para siempre al protagonista de La última noche de Víctor Ros, una novela apasionante y adictiva en la que Jerónimo Tristante vuelve a destacarse como uno de los mejores novelistas de su generación. El perfil de Ros reaparece en su apogeo, nos rememora cuanto vivió en las tres entregas anteriores —aunque sean aventuras independientes, recomiendo seguir el orden— y nos invita a la que es la batalla más difícil que ha debido librar hasta ahora.
El ritmo ágil y trepidante impreso en toda la novela bebe de los maravillosos y constante diálogos que habitan sus páginas, de forma que el lector conoce las novedades y los avances del caso casi al mismo tiempo que los personajes principales. Es un recurso muy inteligente y el autor lo utiliza con maestría, ya que consigue que a uno le resulte verdaderamente complicado abandonar la lectura y, al mismo tiempo, que se adentre en la trama y la viva en primera persona. El escenario y la época en que se ambienta la investigación, por otro lado, ponen de manifiesto el arduo proceso de documentación que se esconde detrás del argumento y que Tristante ha sabido aprovechar como nadie. El final, por último, me ha parecido fantástico y ha traído a mi mente la resolución de casos de escritores clásicos, referidos anteriormente a través de los nombres de sus protagonistas.
Si bien en ocasiones cualquier lector debe arriesgarse para descubrir nuevos talentos y obras que le sorprendan, ni que decir tiene que todos agradecemos contar con valores seguros que nos darán, a ciencia cierta, lo que andamos buscando en cada momento. Cuando me apetece una novela emotiva o divertida, sé a qué autores recurrir; cuando lo que deseo es vivir una investigación de asesinato desde dentro, con un ritmo de infarto, bien escrita y con un personaje al que ya aprecio más que a muchos conocidos, opto por leer a Jerónimo Tristante y a su Víctor Ros. La última noche de Víctor Ros me ha atrapado como el resto de la serie y por una vez espero que el título de un libro esté equivocado. Queremos más entregas de este magnífico detective, muchas más.
El ritmo ágil y trepidante impreso en toda la novela bebe de los maravillosos y constante diálogos que habitan sus páginas, de forma que el lector conoce las novedades y los avances del caso casi al mismo tiempo que los personajes principales. Es un recurso muy inteligente y el autor lo utiliza con maestría, ya que consigue que a uno le resulte verdaderamente complicado abandonar la lectura y, al mismo tiempo, que se adentre en la trama y la viva en primera persona. El escenario y la época en que se ambienta la investigación, por otro lado, ponen de manifiesto el arduo proceso de documentación que se esconde detrás del argumento y que Tristante ha sabido aprovechar como nadie. El final, por último, me ha parecido fantástico y ha traído a mi mente la resolución de casos de escritores clásicos, referidos anteriormente a través de los nombres de sus protagonistas.
Si bien en ocasiones cualquier lector debe arriesgarse para descubrir nuevos talentos y obras que le sorprendan, ni que decir tiene que todos agradecemos contar con valores seguros que nos darán, a ciencia cierta, lo que andamos buscando en cada momento. Cuando me apetece una novela emotiva o divertida, sé a qué autores recurrir; cuando lo que deseo es vivir una investigación de asesinato desde dentro, con un ritmo de infarto, bien escrita y con un personaje al que ya aprecio más que a muchos conocidos, opto por leer a Jerónimo Tristante y a su Víctor Ros. La última noche de Víctor Ros me ha atrapado como el resto de la serie y por una vez espero que el título de un libro esté equivocado. Queremos más entregas de este magnífico detective, muchas más.