Título: Yo fui Johnny Thunders
Autor: Carlos Zanón
Editorial y año: RBA, 2014
Francis, Mr. Frankie, decide regresar al lugar donde vivió las primeras cosas, su barrio. Se marchó persiguiendo su particular sueño de rock’n’roll, que le llevó a acariciar con la punta de sus dedos una fama tóxica y efímera. Ahora Francis vuelve para dejar atrás la miseria y la drogadicción. Pero su viejo barrio son ruinas por donde aún deambulan su padre, su medio hermana, su primera novia y algún que otro amigo. Francis quiere empezar de nuevo y hacer las cosas bien. El problema son los atajos, las canciones de tres minutos, la imposibilidad de olvidar quién fue. Va a necesitar algo más que promesas para salir adelante.
La novela negra en español ha experimentado un auge imparable en los últimos años. Por fin los lectores dejan de fiarse únicamente de nombres extranjeros cuando andan en busca de una historia oscura y trepidante que los mantenga en un estado de nervios e inquietud. Uno de los primeros escritores patrios en ser publicados en, quizá, la mayor colección del género —la Serie Negra de RBA— fue Carlos Zanón, quien hace pocos días ha recibido el premio Dashiel Hammett, que otorga la Semana Negra de Gijón, por Yo fui Johnny Thunders. Es precisamente esta obra la que leído y disfrutado, y la que os recomiendo hoy, sobre todo por dos motivos.
Mr. Frankie ha dejado atrás el glamour de cuando era un músico algo conocido y ahora es tan solo Francis, un hombre que vuelve a su barrio barcelonés natal. El regreso coincide con su deseo de superar adicciones, mejorar el presente y ganarse la segunda oportunidad que cree merecer. No se lo pondrán fácil, sin embargo, y Francis se verá obligado a demostrar que, esta vez sí, en efecto ha cambiado. Y no tanto a los demás, quienes recelan de alguien con un historial como el suyo, como a sí mismo, la persona que más obstáculos le pondrá, cuyos errores parece empeñado en repetir. Pase lo que pase, eso sí, en su pasado siempre le quedará un indudable momento de gloria: cuando fue Johnny Thunders.
El primer aspecto que me atrapó, ya en la primera página de Yo fui Johnny Thunders, es la prosa de Carlos Zanón: un estilo potente, desgarrador, visceral incluso, que casa a la perfección con el halo plomizo que envuelve el recorrido vital de Mr. Frankie. Vale la pena destacar la brillante naturalidad de los diálogos, que con una fuerza inusitada y clamorosa dan voz a unos personajes creíbles y humanos. Lo que sí he echado de menos, y es el único defecto que he encontrado al libro, es una mejor labor de revisión. La presencia de errores ortotipográficos desgraciadamente desmerece en parte el gran trabajo en la narración. En mi opinión, y por más que la crisis económica apriete, el corrector es uno de los profesionales que jamás deben faltar en una publicación editorial; no en vano es quien se ocupa de limar y embellecer, más si cabe, el resultado final.
No obstante, la cabra siempre va hacia el monte —y, en especial, cuando dicho monte es su lugar de nacimiento—. Mi querida Barcelona se alza como un personaje más y aparece descrita con tanta pasión, con tanta verdad, que resulta imposible resistirse a la magia de barrios míticos y de plazas y calles por las que uno ha transitado. Escenarios maravillosos, plasmados con maestría en la obra, que no podían sino servir de marco para una trama intensa y vibrante como esta. Y por último, me gustaría destacar el mensaje que, entre líneas, podemos encontrar en la novela: todo el mundo merece una segunda oportunidad, una nueva posibilidad de enmendar los fallos del pasado. Esa es la lección que nos transmite Francis, cuya historia se convierte en un canto a la vida y al futuro.
Ni me sorprende el premio concedido a Yo fui Johnny Thunders ni me sorprenden las razones que han situado a Carlos Zanón en uno de los lugares preeminente de la novela negra en español. No solo os invito a conocer a Francis y a adentraros en una novela de excesos, equivocaciones y perdón, no: os animo a acompañar a este gran protagonista en sus correrías por una de las ciudades más mágicas, uno de los enclaves que acoge siempre con alegría y generosidad cualquier aventura literaria. Mr. Frankie, en el clímax de su carrera, fue Johnny Thunders por una noche. Si queréis saber quién es ahora, o quién más ha sido o fue, no os perdáis este libro.