Mi año lector ha estado marcado por una triste falta de tiempo libre, hecho que me ha llevado a disminuir el ritmo de lecturas y, por tanto, de reseñas. Uno de los propósitos de año nuevo será encontrar más minutos al día para los libros; son tantas las novelas que tengo pendientes que si no dedico más tiempo a mi afición favorita la lista irá aumentando sin cesar, y eso es algo que ni yo ni mis estanterías podemos soportar. A partir de ahora, espero poder ofreceros una reseña cada pocos días, aunque del dicho al hecho hay un trecho y veremos cuánto soy capaz de mantener la promesa.
Este es el tercer año que publico una entrada para repasar las mejores lecturas del año. Como ya sabéis, en el blog procuro no solo recomendar novedades: tengo la firme convicción de que las novelas que compramos hace tiempo y acumulamos en casa tienen el mismo derecho, si no más, de pasar por nuestras manos. No os extrañará, pues, que de las tres historias que destacaré a continuación solo una haya visto la luz en 2015. Las otras dos llevaban muchas semanas esperando turno y finalmente lo lograron y me deslumbraron.
La primera novela que leí íntegramente en 2015 me enamoró. Después de disfrutar, y cómo, de El sanador de caballos, llevaba tiempo queriendo regresar a la prosa de Gonzalo Giner, y el resultado no pudo ser mejor. Se trata de una novela excelente que mezcla a la perfección historia y emoción. Brillante.
«El jinete del silencio presenta a uno de los personajes mejor perfilados de la literatura contemporánea en español y Gonzalo Giner se consolida como un escritor brillante que sabe qué teclas tocar para que a uno le asalten unas emociones desgarradoras y absolutamente incontrolables.»
«El jinete del silencio presenta a uno de los personajes mejor perfilados de la literatura contemporánea en español y Gonzalo Giner se consolida como un escritor brillante que sabe qué teclas tocar para que a uno le asalten unas emociones desgarradoras y absolutamente incontrolables.»
Para mí, esta es la novela del año. Narrada con una fuerza inigualable, la primera historia que mi queridísimo Màrius Mollà firma con su propio nombre supone un verdadero acierto en su carrera y lo consagra como un novelista contemporáneo imprescindible. No podéis perderos este maravilloso canto a la educación y a la libertad.
«Ni que decir tiene que no solo os recomiendo la lectura del libro, sino que apelo a vuestro corazón y a vuestro deseo de cambiar las cosas para lograr un futuro mejor y os pido que le deis una oportunidad. A la novela, a la educación, a las generaciones venideras y al país.»
El cielo en un infierno cabe, de Cristina López Barrio
Dos años he tardado en leer la nueva novela de la autora de La casa de los amores imposibles. Aunque ya haya publicado la tercera, quise adentrarme en esta historia y no os imagináis cuánto la disfruté. ¡Os animo a hacer lo propio!
«Amistad, amor, magia, religión, traición, venganza, poder, miedo, desconcierto, fascinación, esperanza... Todos estos sustantivos, y muchísimos más, tienen cabida en El cielo en un infierno cabe, la joya que nos ha regalado Cristina López Barrio, una escritora de la que ya no volveré a dudar.»
Si al triste recuento de lecturas le sumáis que cada vez me vuelvo con exigente con las historias y con los escritores, entenderéis por qué este año solo he dado la máxima puntuación a tres libros. Ello no significa, no obstante, que no haya sido un buen año, porque por suerte también han escaseado los libros con notas muy bajas. Me he reencontrado con novelistas fantásticos, como Christine Kabus, Andrés Pascual, Anna Casanovas o Jonas Jonasson, y conocido a escritores a los que sin duda me volveré a acercar (es el caso de Mikel Alvira o Alejandro Palomas).
Tan solo me queda esperar un buen 2016, tanto en el ámbito literario como en el personal y profesional, y hacer extensible el deseo a todos vosotros. Ojalá los doce meses que se nos presentan estén repletos de buenos momentos y podamos compartirlos como hemos hecho hasta ahora.
Con todo mi corazón.
Si al triste recuento de lecturas le sumáis que cada vez me vuelvo con exigente con las historias y con los escritores, entenderéis por qué este año solo he dado la máxima puntuación a tres libros. Ello no significa, no obstante, que no haya sido un buen año, porque por suerte también han escaseado los libros con notas muy bajas. Me he reencontrado con novelistas fantásticos, como Christine Kabus, Andrés Pascual, Anna Casanovas o Jonas Jonasson, y conocido a escritores a los que sin duda me volveré a acercar (es el caso de Mikel Alvira o Alejandro Palomas).
Tan solo me queda esperar un buen 2016, tanto en el ámbito literario como en el personal y profesional, y hacer extensible el deseo a todos vosotros. Ojalá los doce meses que se nos presentan estén repletos de buenos momentos y podamos compartirlos como hemos hecho hasta ahora.
¡Feliz 2016!
Con todo mi corazón.