Título: La tristeza del samurái
Autor: Víctor del Árbol
Editorial y año: Alrevés, 2011
Dos tramas se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han cruzado en sus vidas durante cuarenta años. El resultado es una magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de amor y odio, de ambición y dolor, de hipocresía y sobre todo de culpa, una lacra que se transmite de generación en generación, donde los hijos heredan los delitos de los padres y los nietos los de sus abuelos.
Víctor del Árbol es, sin duda, uno de los escritores que ha irrumpido con más fuerza en los últimos años. Con cada nueva apuesta se ha afianzado como un novelista prometedor al que hay que observar, y leer, muy atentamente. El premio Nadal de este año o los reconocimientos en Europa de su libro anterior son dos claros ejemplos que ponen de manifiesto que nos encontramos ante una pluma singular. La tristeza del samurái fue una de sus primeras novelas, quizá el detonante de todo cuanto estaba por llegar, y por ahí he querido comenzar mi relación con el autor barcelonés; una relación que, ya os lo adelanto, no se detendrá aquí, puesto que parte de un primer contacto espléndido.
Isabel Mola no puede más. El maltrato, físico y psicológico, al que la tiene sometida su marido ha llegado a un punto insostenible e insoportable y toma la decisión de abandonarlo, junto a su hijo pequeño. En la España de los años 40, sin embargo, nada ocurre con facilidad y placidez, y altos y poderosos obstáculos le van a dificultar la huida y la van a alejar de su objetivo. María es una abogada que, en plena Transición, consigue encarcelar a un policía corrupto y violento que a punto ha estado de matar a un hombre. Dos vidas separadas por varias décadas pero que caminan por una misma senda que alguien ha trazado y que las llevará a la perdición. Dos almas perdidas y abandonadas por la fortuna que parecen peones de una partida de ajedrez en la que el rey mueve los hilos con una firmeza milimétrica.
No suele ser habitual que el aplauso de la crítica venga acompañado del elogio del público y de un éxito de ventas. En el caso de Víctor del Árbol no ya solo es así, sino que todavía no he hallado ninguna reseña en la que el bloguero se haya sentido decepcionado por una de sus obras. Debo añadir que las expectativas me predisponían favorablemente, y todos sabemos el daño que pueden causarnos cuando el resultado no es el esperado. Y no, La tristeza del samurái me ha conquistado por completo. Es una novela más que negra: es una historia oscura, descarnada, cruel e injusta, como la vida misma. El autor no duda en prescindir de adornos optimistas, sino que retrata, con crudeza y verosimilitud, situaciones desgarradoras que ojalá fueran solo producto de la imaginación. No esperéis, pues, una lectura amable, porque no lo es. Curiosamente, no por ello deja de convertirse en una aventura maravillosa y recomendable, ante todo porque encierra un talento narrativo único.
El rompecabezas que finalmente se descubre perfectamente encajado juega con el lector, lo lleva por caminos falsos que parecen conducir hacia el desenlace, lo convence con argumentos plausibles que más tarde se ríen de él. Es la prosa impecable y estudiada la que nos guía como una mano amiga; o tal vez no sea tan amiga, dado que nos agarra el corazón y nos lo estruja para que no podamos abandonar hasta el final. Por otro lado, la intensidad y la tensión que envuelven a Isabel y a María imprimen un ritmo vertiginoso y adictivo. El contexto histórico, además de estar descrito fielmente, es el escenario perfecto, el marco deseable en el que ambientar una novela de este estilo. Los personajes, por último, hacen gala de un perfil bien calculado y ejecutado, motivo que nos lleva a vivir con ellos, en primera persona, un juego del destino en el que no ha reinado el azar, sino los sentimientos más puros y viscerales del ser humano.
Traición, incredulidad, odio, ira, desesperanza, indignación, rencor, injusticia. Cito ocho sustantivos que transitan por La tristeza del samurái, pero la lista es interminable. No obstante el halo descorazonador que desprenden esos nombres, Víctor del Árbol ha tejido un engranaje de relojero suizo en el que tienen cabida sorpresas y giros que asombran al lector y que, más allá de unas emociones negativas, lo seducen por la brillantez con que se han engastado en la obra. Cuando uno se embarca en una trama tan bien pensada y desarrollada, no puede más que congratularse de que la mente que la ha ideado haya cosechado los elogios que merece. Me uno a la legión de seguidores de un escritor con voz propia y os animo a descubrir a uno de los grandes protagonistas de nuestro hoy y, seguro, también de nuestro mañana.
Si os ha gustado, ¡visitad estas reseñas! |
Me encanta Víctor del Árbol. Esta ha sido mi segunda novela leía del autor y cautiva una y otra vez. Me encantan esos personajes tan profundos que dibuja.
ResponderEliminarBesos
Este libro lo tengo pendiente, era de mi madre, a ella le gustó mucho. A ver si lo leo. Besos.
ResponderEliminarMe gustó muchísimo esta novela, como todo lo de Víctor. Sus personajes son brutales y siempre consigue conquistarme.
ResponderEliminarBesos.
Y yo sin haber leído nada del autor, a ver si lo remedio pronto. Besos
ResponderEliminarEsta es la única novela de las publicadas que me queda por leer de Víctor del Arbol y en ninguna de las lecturas me ha defraudado. Espero no tardar mucho en leerla, ya lleva demasiado tiempo en mi estantería. Besos
ResponderEliminarMi eterno autor pendiente, Xavier. Y eso que tengo conmigo sus tres primeras novelas que lo catapultaron a la fama literaria. Este año tengo que ponerle remedio a mi deuda con Víctor del Árbol, sí o sí. Un abrazo.
ResponderEliminarParece un libro interesante y con lo bien que lo pones me lo llevo anotado.
ResponderEliminarUn beso y gracias por la reseña.
Otra novela que tengo en mis pendientes... Besos
ResponderEliminarDisfruté mucho con esta novela. Totalmente de acuerdo con tu reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Lo leí hace dos años, y por el momento es mi favorito del autor
ResponderEliminarBesos
A mi me gustó aunque para mi no estuvo a la altura de Un millón de gotas. Supongo que por ser su primer libro me pareció algo más flojito, aunque me gustó mucho igualmente. A ver qué tal el último libro, tengo ganas de leerlo. Besos!
ResponderEliminarEs un autor que tengo pendiente todavía =)
ResponderEliminarBesotes
Tengo a este autor entre mis pendientes. Y según leo opiniones sé que me estoy perdiendo buenos libros.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que podría gustarme. Lo anoto.
ResponderEliminarGracias por tan fantástica reseña.
¡Nos leemos! :-)
La verdad es que Víctor es garantía de calidad. Es difícil que defraude y todo lo que he leído de él me ha encantado. Tengo pendiente la última pero sé que necesito "espacio" para afrontarla con tranquilidad :)
ResponderEliminarBs.
Muy buena reseña, yo ahora me estoy leyendo el Premio Nadal, la verdad es que he empezado lento, a ver si le meto ritmo. Esta me la anoto para más adelante!
ResponderEliminarun abrazos.