Título: Oliver Twist
Autor: Charles Dickens
Traductora: Júlia Sabaté Font
Editorial y año: Penguin Clásicos, 2016 (1838)
La historia del pequeño Oliver, criado en un hospicio, empleado en una funeraria y reclutado por una banda de ladrones que él no reconoce como tales, no solo es un soberbio escaparate de celebérrimas creaciones dickensianas, sino que además resulta un magnífico y apasionante relato sobre la inocencia acosada. Los distintos personajes que el héroe va encontrando en su camino nos descubren al Dickens idílico y sentimental, en una de las muestras más perdurables de su genio.
¡Ay, los grandes clásicos! Son los culpables de que mucha gente se haya aficionado a la lectura, y también de que otra tanta no quiera ver un libro ni en pintura. Debo confesar que llevaba meses sin acercarme a un clásico y el elegido es Oliver Twist, uno de esos que aparecen en cualquier lista de títulos inolvidables y casi necesarios. Conocí a Charles Dickens en Grandes esperanzas, novela que me dejó un regusto agridulce, y esta vez el resultado ha sido el mismo. Quizá la obra del novelista inglés no es para mí —que bien podría ser—; lo cierto es que en sus historias encuentro siempre elementos muy positivos y muy negativos. No descarto darle otra oportunidad, tal vez la última ya, y regresar a su prosa. No hay dos sin tres y creo que tres son ya demasiados o suficientes intentos para saber si un autor nos convence o si debemos huir de él.