Título: Soldados de Salamina
Autor: Javier Cercas
Editorial y año: Tusquets, 2001
Cuando en los meses finales de la Guerra Civil las tropas republicanas se retiran hacia la frontera francesa, alguien toma la decisión de fusilar a un grupo de presos franquistas. Entre ellos está Rafael Sánchez Mazas, fundador e ideólogo de Falange, quizá uno de los responsables del conflicto fratricida. Sánchez Mazas no sólo logra escapar de ese fusilamiento colectivo, sino que, cuando salen en su busca, un miliciano anónimo le encañona y en el último momento le perdona la vida. El narrador es un joven periodista que se propone reconstruir el relato real de los hechos y desentrañar el secreto de sus enigmáticos protagonistas.
Los lectores a menudo nos equivocamos. Creemos que un libro nos va a gustar y descubrimos que es al contrario. A veces, también, pensamos que una novela no será de nuestro agrado y al final resulta que sí lo es y se convierte en una maravillosa sorpresa. Esto último es lo que me ha ocurrido con Soldados de Salamina. Todo apuntaba a una experiencia temeraria: el período retratado es de los que menos me gustan, no tuve suerte con otra obra del autor que leí (La velocidad de la luz) y el halo de clásico moderno que rodea la historia me inspiraba cierta pereza. Entenderéis, por tanto, el asombro que me ha embargado, al término de la lectura, cuando me he dado cuenta del espléndido trabajo que llevó a cabo Javier Cercas en este título. Ahora comprendo por qué es ya uno de los más vendidos de la literatura española contemporánea.