Autor: Ken Follett
Traductores: Anuvela
Editorial y año: Plaza & Janés, 2017
Las antiguas piedras de la catedral de Kingsbridge contemplan una ciudad dividida por el odio religioso. Los principios elevados chocan con la amistad, la lealtad y el amor, y provocan derramamientos de sangre. Ned se encuentra de pronto en el bando contrario al de la muchacha con quien anhela casarse, Margery Fitzgerald. Cuando Isabel I llega al trono, toda Europa se vuelve en contra de Inglaterra. La joven monarca, astuta y decidida, organiza el primer servicio secreto del país para estar avisada ante cualquier indicio de intrigas homicidas, levantamientos o planes de invasión.
Hay nombres y lugares que, por más que se sucedan los años y las lecturas, nunca nos abandonan. Tom, Philip, Caris o Merthin son algunos de los personajes que convirtieron Kingsbridge en un enclave inolvidable. Me refiero a los protagonistas de Los pilares de la tierra y Un mundo sin fin, las dos espléndidas novelas de Ken Follett. He regresado a uno de mis paraísos literarios particulares gracias a Una columna de fuego, la tercera entrega de la historia de la ciudad, a la espera de que dentro de pocos meses vea la luz Las tinieblas y el alba, la precuela que nos transportará a los inicios de una de las localidades más queridas por los lectores. En esta ocasión, quizá más que nunca, los acontecimientos históricos revisten más importancia que nunca y nos trasladan a una época tan convulsa como fascinante, retratada en una obra colosal, por calidad y por extensión, en la que uno sufre y vive al mismo tiempo. ¡Larga vida a Kingsbridge!