Editorial y año: Algaida, 2019
Murcia, Nochebuena de 1968. Julio Alsina, un policía apegado al Licor 43, debe hacer las guardias todos los días de fiesta. Por eso no es de extrañar que, cuando recibe el aviso de que una mujer se ha arrojado desde el campanario, se alegre ante la perspectiva de participar en un caso de verdad que le permita demostrar su valía. La suicida resulta ser una prostituta de lujo, y Alsina decide tirar de la cuerda y averiguar lo que se esconde detrás de este caso. La investigación lo lleva a una localidad, La Tercia, un pueblo consternado por varias desapariciones e incluso con un asesinato.
Conocí a Jerónimo Tristante gracias a Víctor Ros, el protagonista de varias de sus primeras novelas, en la que se mezclan con gran maestría la intriga y el pasado de nuestro país. Tan célebre se hizo, de hecho, que hasta vio la luz una serie de televisión basada en sus aventuras. Hacía años que no me acercaba a uno de sus libros y el elegido ha sido 1969, una curiosa historia ambientada en el inolvidable año en el que el ser humano puso por primera vez el pie en la Luna. Tanto por la época como por el policía que se encarga de la investigación, que no me ha hecho echar de menos a Ros, me ha encantado sumergirme en la fase final del franquismo, en la cual se daban la mano el milagro económico, la censura en los medios de comunicación y la falta de escrúpulos a la hora de silenciar o tergiversar ciertos asuntos que no eran cómodos para el régimen.