Autor: Nicholas Sparks
Traductor: Miguel Martínez-Lage
Editorial y año: Roca, 2004
Wilson y Jane llevan casados casi 30 años. Tienen tres hijos y tienen una vida tranquila y desahogada en la bucólica Carolina del Norte. Desgraciadamente, es de este aniversario, el vigesimonoveno, del que Wilson se olvida, lo que marca un punto de inflexión en su vida. Por fin se da cuenta de que la pasión y el romanticismo ya no tienen lugar en su matrimonio, y teme que su mujer ya no lo quiera. Siendo un hombre metódico, decide embarcarse en un proyecto a un año vista, tiempo que, él prevé, le permitirá renovar el romanticismo en su matrimonio.
El amor adopta muchísimas formas. En la novela romántica, sin embargo, lo más común es asistir al relato de una pareja, por lo general joven, que se conoce y se enamora poco a poco. Aunque disfrute enormemente del género, es cierto que a veces me embarga una ligera sensación de monotonía, puesto que las historias tienden a parecerse. Si hay alguien que sabe cómo retorcer el esquema habitual para así sorprendernos con apuestas originales, ese es Nicholas Sparks. Por méritos propios, se ha convertido en uno de mis escritores favoritos, al que recurro cuando me apetece disponer el corazón sobre una bandeja para que sus letras lo invadan y, a veces, lo hieran. En La boda, la décima novela de él que leo, nos reencontramos con Noah, el protagonista de uno sus títulos más conocidos y aclamados, si bien es un personaje secundario. Me ha encantado reunirme con él, recordando así el torrente de emociones que me despertó El cuaderno de Noah, y de nuevo me rindo ante un autor que siempre sabe cómo arrancarme un sinfín de sentimientos con sus obras.